"El arte que trasciende, que ayuda a ver y encontrar al otro, que es expresión de la tradición y de la renovación de la fe y de belleza". Benedicto XVI

domingo, 15 de agosto de 2010

Asunción de la Virgen María 2010


A LA VIRGEN MARI A

Como hoy estaba abandonado de todos,
como la vida
(ese amarillo pus que fluye del hastío,
de la ilusión que lentamente se pudre,
de la horrible sombra cárdena donde nuestra húmeda
orfandad se condensa)
goteaba en mi sueño, medidora del sueño, segundo tras
segundo,
mi corazón rompió en un grito, y era tu nombre,
Virgen María, madre.
(Treinta años hace que no te invocaba.)
No, yo no sé quién eres:
pero eres una gran ternura.
(...)
¡Qué dulce sueño, en tu regazo, madre,
soto seguro y verde entre corrientes rugidoras,
alto nido colgante sobre el pinar cimero,
nieve en quien Dios se posa como el aire del estío, en
un enorme beso azul,
oh tú primera y extrañísima creación de su amor!
... Déjame ahora que te sienta humana,
madre de carne sólo,
igual que te pintaron tus más tiernos amantes;
déjame que contemple, tras tus ojos bellísimos,
los ojos apenados de mi madre terrena;
permíteme que piense
que posas un instante esa divina carga
y me tiendes los brazos,
me acunas en tus brazos,
acunas mi dolor,
nombre que lloro.
Virgen María, madre,
dormir quiero en tus brazos hasta que en Dios despierte.


Dámaso Alonso

jueves, 12 de agosto de 2010

Metanoia


La filosofía aspira menos a un discurso teórico o doctrinal que a un trabajo del alma consigo misma y, por consiguiente, a la actualización de una forma de vida que merece el nombre de sabiduría.


Pierre Hadot. ¿Qué es la filosofía antigua?

miércoles, 11 de agosto de 2010

La élite de los humildes


Sabia pobreza,
Pobre sabiduría.
Quien nada es ni quiere, busca, tiene o precisa
A ese ha escogido ya la sabiduría.

Daniel Czepko von Reigersfeld. Das Vierdte Hundert

domingo, 8 de agosto de 2010

Templos vivos


Gran ceguedad y demasiada necedad hay en algunos que siempre buscan a Dios, continuamente suspiran por Dios, frecuentemente desean a Dios, claman y llaman cada día a Dios en la oración, siendo ellos mismos, según el Apóstol, templo vivo de Dios y su verdadera habitación, sien­do su alma silla y trono de Dios en la cual continua­mente descansa. Quién, pues, sino un necio busca fuera el instrumento, sabiendo que lo tiene encerrado dentro de casa? O quién se conforta con el manjar que apetece y no gusta? Así es la vida de algunos justos, siempre buscando y nunca gozando, y así todas sus obras son menos perfectas.

Santo Tomás de Aquino. Opúsculo 63

viernes, 6 de agosto de 2010

Lo providencial


Aprendí que muchas veces acierta el acaso lo que erraría el cuidado y atención, y que tal vez conviene obrar con los primeros ímpetus de la naturaleza, a los cuales suele gobernar un movimiento divino, para que se conozca que no la prudencia de los hombres, sino la providencia de Dios asiste las cosas.


Diego de Saavedra y Fajardo. República Literaria

martes, 3 de agosto de 2010

La opción del esclavo satisfecho


Esta civilización industrial que, gracias a Dios, tan sólo oprime a esta pequeña par­te del mundo a la que estamos más indiso­lublemente ligados, tal vez se quiebre algún día y, de ese modo, tengan fin su mons­truosa iniquidad, su locura y su insuficien­cia para conducimos a la restauración de los sensatos y ordinarios asuntos humanos, aunque complejos, basados después de todo en la libertad de los hombres. Quizás tam­bién pueda quebrarse sin conducimos más que a un erial. O podrá empujar definitivamente a la masa de los hombres a conver­tirse en esclavos satisfechos controlados por unos pocos hombres ricos. Elijan ustedes. Todos habremos muerto antes de que nin­guna de estas tres cosas haya ocurrido. Pero ciertamente una de estas tres cosas ocurrirá, si es que no una mezcla de dos de ellas, o tal vez una mezcla de las tres.


Hilaire Belloc. Do we agree?

domingo, 1 de agosto de 2010

Tormento de sí mismo


Esta es la sabiduría insensata, ingeniosa en atormentarse, hábil en engañarse a si misma, que en el presente se corrompe, que se extravía en lo porvenir, que por medio de infinitos razonamientos y de grandes esfuerzos solo consigue consumirse inútilmente amontonando obras que el viento arrastra.


Jacques Bénigne Bossuet. Oraciones Fúnebres