Gran ceguedad y demasiada necedad hay en algunos que siempre buscan a Dios, continuamente suspiran por Dios, frecuentemente desean a Dios, claman y llaman cada día a Dios en la oración, siendo ellos mismos, según el Apóstol, templo vivo de Dios y su verdadera habitación, siendo su alma silla y trono de Dios en la cual continuamente descansa. Quién, pues, sino un necio busca fuera el instrumento, sabiendo que lo tiene encerrado dentro de casa? O quién se conforta con el manjar que apetece y no gusta? Así es la vida de algunos justos, siempre buscando y nunca gozando, y así todas sus obras son menos perfectas.
Santo Tomás de Aquino. Opúsculo 63
Santo Tomás de Aquino. Opúsculo 63
No hay comentarios:
Publicar un comentario