"El arte que trasciende, que ayuda a ver y encontrar al otro, que es expresión de la tradición y de la renovación de la fe y de belleza". Benedicto XVI

miércoles, 26 de febrero de 2014

Dignidad



La peculiar totalidad e inviolabilidad moral de la dignidad de la vida y de la persona humana siempre ha sido considerada como una consecuencia y como un motivo para que el hombre sea una imagen de Dios . Es decir, el hombre es de una manera especial similar a Dios (a «ese tan superior que nada lo puede concebir»). 
Porque la dignidad superior y suprema pertenece precisamente a ese ser que es de una perfección infinita pura, a Dios como el único ser absolutamente perfecto y superior que nada lo puede concebir

Josef Seifert. Dignidad humana: dimensiones y fuentes en la persona humana.

lunes, 24 de febrero de 2014

Fé en el Futuro



Para comprender lo que quiere decir la palabra “futuro” antes hay que entender lo que significa otra palabra, una que ya no acostumbramos a usar más que en la esfera religiosa: la palabra “fe”. Sin fe o confianza no es posible el futuro, hay futuro solo si podemos esperar o creer en algo (...) “Fe”, no es más que el crédito del que gozamos ante Dios y el crédito del que goza la palabra de Dios ante nosotros, a partir del momento en que la creemos. Por eso Pablo puede decir en una famosa definición que “la fe es sustancia de cosas esperadas”: aquello que da realidad a lo que todavía no existe, pero en lo que creemos y tenemos confianza, en lo que hemos puesto en juego nuestro crédito y nuestra palabra. Algo así como un futuro existe en la medida en que nuestra fe logra dar sustancia, es decir realidad, a nuestras esperanzas. Pero ya se sabe que la nuestra es una época escasa de fe o, como decía Nicola Chiaromonte, de mala fe, de fe mantenida a la fuerza y sin convicción. Una época, por tanto, sin futuro y sin esperanzas –o de futuros vacíos y de falsas esperanzas.

Giorgio Agamben.  Crédito, fé y futuro  (Artículo aparecido en el Diario  La Repubblica)

miércoles, 19 de febrero de 2014

La Comunión de los Santos



En la celebración de la eucaristía, tenemos el modelo luminoso, lo que ante todo hacemos es «celebrar su muerte y resurrección»: como acción de gracias al Dios de la vida, como ejercicio comunitario y especialmente intenso de la comunión viva y actual, como solidaridad con el dolor de los allegados, como ánimo para la vida y, de manera muy especial, como alimento de nuestra fe —siempre precaria, siempre amenazada— en la resurrección.

Hay incluso un aspecto que permite recuperar, nuestra solidaridad efectiva con ellos. Toda muerte es una interrupción y por eso todo difunto deja inacabamientos en la tierra: sean positivos, de obras emprendidas y no terminadas, de iniciativas que esperan continuidad; sean negativos, de daños hechos y no reparados, de deudas no saldadas. Pues bien, aquí sí que puede existir un verdadero «ayudar» a los difuntos: prolongando con amor su obra auténtica o reparando en lo posible aquello que de defectuoso y negativo hayan dejado tras de sí.

Andrés Torres Queiruga. Repensar la resurección

lunes, 17 de febrero de 2014

El hombre deshabitado


En el hoy que nos toca vivir, el hombre moderno carece de intimidad e interioridad. Es un hombre deshabitado. ¿Cómo conseguir la visión? Haciendo silencio. El hombre de hoy tiene soledad pero no silencio. Necesitamos engendrar en nosotros el hombre interior. Y, ¿cómo conseguir hacer silencio? Estando quieto y resistiendo. Elevando las manos y el corazón a Dios. Esta es la más grande actividad que podemos hacer.

Jose Luis Vázquez Borau. Silencio y Contemplación

sábado, 15 de febrero de 2014

El ojo de la aguja


Los ricos de este mundo, que con embrollos acumulan riquezas de iniquidad, o sea, haciendo desigualdades, no podrían tener amigos más cercanos, si lo entendieran bien, que las manos de los pobres, que son el tesoro de Cristo.  Oh rico, da a Cristo lo que él mismo te dio. Lo tuviste como donador, tenlo como deudor, lo poseerás como remunerador con intereses. Oh rico, te suplico, extiende al pobre tu mano árida; y si antes era árida por la avaricia, ahora florecerá con la limosna.

San Antonio de Padua. Sermones

miércoles, 12 de febrero de 2014

En depósito


El depósito es lo que te ha sido confiado, no encontrado por ti; tú lo has recibido, no lo has excogitado con tus propias fuerzas. No es el fruto de tu ingenio personal, sino de la doctrina; no está reservado para un uso privado, sino que pertenece a una tradición pública. No salió de ti, sino que a ti vino: a su respecto tú no puedes comportarte como si fueras su autor, sino como su simple custodio. No eres tú quien lo ha iniciado, sino que eres su discípulo; no te corresponderá dirigirlo, sino que tu deber es seguirlo.

San Vicente de Lerins. Commonitorio

domingo, 9 de febrero de 2014

Perseverar



Hay una ley elemental en el arte de orar: la de la perseverancia. Dudo de que alguna vez lleguemos a saber lo que es la oración si no nos hemos decidido a pagar el precio exigido: perseverar en ella y volver sobre ella una y otra vez, sean cuales sean las dificultades que se encuentren en el camino.

Las largas horas de oración y el absoluto silencio en que nos sumergimos hacen que en el espíritu surjan pensamientos o «mociones» de los que anteriormente no teníamos ni idea. La soledad desempeña aquí el papel de «reveladora». A partir de ella, toda nuestra «madeja» interior se desembrolla y se vuelve a embrollar. En nuestras confusiones y distracciones, en el despertar de nuestros deseos, ¿qué cosas son reacciones psicológicas y qué cosas son el inicio de una moción espiritual? Todo se da al mismo tiempo. Cada cual revela lo mas profundo de su propio ser, de lo cual no tenia la menor idea en su vida ordinaria.

Jean Laplace. Los ejercicios espirituales de diez días

jueves, 6 de febrero de 2014

Suplicio moderno


Me pregunto si el suplicio de las generaciones venideras no consistirá en ser torturadas con palabras que mienten a su sentido original, con ideas vueltas contra Dios.

Louis Massignon. Carta a Paul Claudel

lunes, 3 de febrero de 2014

Dispersar la nada


De en medio de los horrores de la angustia podrá nacer una especie de confianza. Tal vez no sea otra vez la noche oscura de la Nada sino la voz suprema del Soberano. Quizás al final de todas las cosas humanas y al final de todos los ateísmos humanos, se nos acerque otra vez en la oscuridad de la Nada, silencioso,  lejano y sin nombre el poder eterno de Dios.


Bernhard Welte.  El ateísmo como posibilidad humana

sábado, 1 de febrero de 2014

El avance del mar


Señor, haz que pausadamente yo llene
mis días como el mar cubre en calma toda la playa,
hazme humilde como las aguas cuando silenciosas
y dulces avanzan sin hacerse notar,
concédeme el saber esperar a mis hermanos y el
ajustar mi paso al suyo para ascender con ellos.
Dame la perseverancia triunfante de las olas,
haz que cada uno de mis retrocesos sea ocasión
de subida,
da a mi rostro la claridad de las aguas limpias.
a mi alma la blancura de la espuma,
ilumina mi vida como los rayos de tu sol hacen
cantar la superficie de las aguas.

Michel Quoist. Oraciones para rezar por la calle