Tener un corazón capaz de amar, un corazón que puede conocer
la ansiedad y el sufrimiento, que puede afligirse y conmoverse, es la característica
mas especifica de la naturaleza humana. El corazón es la esfera más tierna, mas
interior, mas secreta de la persona, y es precisamente en el corazón de Jesús,
donde habita la plenitud divina.
En una época en que el odio se dirige contra la personalidad
humana, cuando se está entablando una lucha radical contra la dignidad del
hombre y cuando un indeferentismo impersonal amenaza al mundo, el Sagrado Corazón irradia la luz del infinito amor divino: “Y la luz refulge en las
tinieblas” (Et lux in tenebris lucet) El Corazón indefenso de Jesús, expuesto a
todas las injurias y ofensas, a todas las blasfemias y a todos los ataques,
desconocido por muchos, malinterpretado e ignorado por otros, revela siempre de
nuevo que la última realidad es el amor: “dios es amor” (Deus caritas est)
Dietrich von Hildebrand. El corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario