... Aqui me tienes ,
Señor, desnudo como el árbol. Dame
tu bautismo de lluvias y de crisma
de sol, y dame vestiduras nuevas,
inmaculadas. El jardín de invierno
callado está: mi corazón callado.
Habla tú; luego, vísteme de hojas.
Algo de tus palabras, al moverse,
repetirán, como inspiradas lenguas.
Enrique Diez-Canedo. Oración en el jardín (frag.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario