Tú das al doloroso orgullo mío
la mano inmensa y dulce del consuelo
con calidad de lúcida respuesta
por los hondos caminos verdaderos
(...)
Oh cena del Señor, luz compartida,
caritativo pan del día nuestro
tornándote "esta luz" , este milagro
de ser ya hoy y todavía eterno.
Fina García Marruz. Un día, una mirada (frag.)
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