1.º, que Dios creó el mundo por un acto libérrimo de su voluntad; lo que significa que el mundo es esencialmente contingente, ya no sólo existe, porque 2.º, en la mente divina están necesaria y actualmente todas las ideas o esencias posibles. El que la voluntad divina obre concingentemente al escoger las esencias de la mente divina para realizarlas significa que las esencias realizadas podían ser esencialmente otras: ahí radica su contingencia radical; 3º, que nuestro entendimiento, nuestra alma, está destinado a ver la esencia divina, no en abstracro, sino en concreto, ut essentia haec.
Miguel Oromí. Obras. Introduccion general
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