
Sufrimos hoy los efectos de una verdadera conspiración contra la posibilidad misma de recogerse y de escuchar: ruido, competencia y vida trepidante, música disgregadora de la racionalidad y canciones que sólo llevan a un soñar sin consistencia, verdadero diluvio de imágenes en que una echa a la otra sin que la atención pueda fijarse verdaderamente en alguna, publicidad obsesiva, búsqueda periodística de la sensacionalidad y de lo inédito, cuando no de lo escandaloso, ejemplos amplificados sin cesar del no conformismo por el no conformismo, adornado con todo el prestigio que se le da.
Yves Congar. Llamados a la vida
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