"El arte que trasciende, que ayuda a ver y encontrar al otro, que es expresión de la tradición y de la renovación de la fe y de belleza". Benedicto XVI

martes, 12 de octubre de 2010

La involución de la especie


A pesar de los «Derechos del Hombre» y de la libertad de pensa­miento, de creer al individuo capaz de derribar al Estado y a Dios de su trono, el XIX fue un siglo empeñado en empequeñecernos, en conver­timos en ciudadanos de Liliput.

Frente a los escudos medievales que procuraban entroncarnos con San Luis o con Adán y Eva, se pone a la cabeza de nuestro li­naje a un encorvado chimpancé.

Y la lenta elaboración de la mujer, hasta transformarla en dama y subirla, con Dante, a las estrellas teológicas del noveno cielo, es aniquilada, convirtiéndola en una hembra de mamífero y explicando que el carmín de sus labios es una garantía de salud para la repro­ducción.

Nada halaga más a los barbudos y enchisterados astrónomos de entonces, miembros de todas las Academias y con la roseta de la Legión de Honor en el hojal de su levita, que asegurar que la tierra es una partícula imperceptible de ese polvo estelar que se llama ne­bulosa.


Agustín de Foxa. Por la otra orilla

2 comentarios:

  1. Pues el siglo XXI no le va a la zaga en el empeño no ya de empequeñecernos sino de miserabilizarnos.

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  2. completamente de acuerdo, incrementado incluso ese empeño por la decadencia absoluta del materialismo

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