Por encima de todas las gracias y los dones del Espíritu Santo, que Cristo concede a sus amigos, está el de saber vencerse a uno mismo, y soportar gustosamente, por amor a Cristo, las penas, las injurias, los trabajos y los oprobios; porque, en todos los demás dones de Dios, nosotros no podemos glorificarnos, puesto que no son nuestros, sino de Dios ... Pero en la cruz de la tribulación y de la aflicción, sí podemos glorificarnos, porque eso nuestro es.
San Francisco de Asis
San Francisco de Asis
es el santo que concede los trabajos
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