Es un tópico afirmar que vivimos en una era casi desprovista de fe, pero ¿es realmente así? En el pasado, el clima social y cultural era favorable a la creencia en Dios. Existía una comunión de valores entre el arte, la ciencia y la religión. Dante, Shakespeare, Newton y Beethoven creían en unos valores que estaban más allá y por encima de su trabajo. Actualmente, parecería como si nada fuera cierto y todos los valores fueran relativos. Con todo, ¿es ésta una descripción completa? ¿O más bien se trata de una imagen gratuita que nos ofrecen los actuales sistemas sociales y políticos mientras que, en realidad, todavía existen muchas personas que estarían dispuestas a asumir el riesgo de la experiencia de la fe? Tal vez sería más realista decir que, en el conjunto de la sociedad, todavía hay muchas personas que creen en Dios y muchas más a quienes les gustaría ser ayudadas para acceder al sentido de la creencia en un Dios personal.
Wilfrid McGreal. Juan de la Cruz
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