"El arte que trasciende, que ayuda a ver y encontrar al otro, que es expresión de la tradición y de la renovación de la fe y de belleza". Benedicto XVI

sábado, 10 de octubre de 2009

Pureza del Arte


El gran enemigo de la gracia es, naturalmente el interés. Son dos conceptos opuestos. La gracia es siempre un regalo, el lucro solo atiende al precio de las cosas. Mientras la gracia exalta todo cuanto toca, el lucro intenta rebajarlo; su lenguaje fue siempre el de la falsedad, el lenguaje de la codicia que reduce de valor un objeto para mejor caer luego sobre él. Por eso, cuando en un arte aparece esa codicia, ya podemos dar por fallecido ese arte. Ya el artista se nos convierte en mercader. Ha perdido la gracia. Es un descendiente de Esaú.
El arte – sumo valor humano – no sufre que se le ponga precio, y retira la gracia a aquel artista que intenta convertirse en comerciante. Tampoco el arte soporta el simoniaco. Como la religión se marchita en las bocas mercenarias.

Benjamín Jarnés. Sobre la gracia artística

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