El que se contenta con poco, tranquilo vive. El manso de corazón, posee la tierra. Desabrido se le propone el perdón del enemigo, pero ¡que paz se le sigue y que honra se consigue! ¡Qué frutos tan dulces se cogen de la raíz amarga de la mortificación! Melancólico parece el silencio; más al sabio nunca le pesó haber callado.
Baltasar Gracian . El Criticón
Baltasar Gracian . El Criticón
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