viernes, 17 de abril de 2009
Fisuras en el materialismo
Leonardo afirmó acertadamente en su tratado de la Pintura que “la pintura es una cosa mental... una poesía que se ve”. Desde Leonardo la pintura se eleva a un nivel nunca visto antes. Con él se empieza a pintar la atmósfera lumínica por medio de los esfumados por veladuras o capas superpuestas de pintura transparente y semitransparente, logrando, por medio de los tonos y matices intermedios, realizar el milagro que ninguna y civilización había podido imaginar y mucho menos realizar: la creación de un espacio ilusorio tridimensional en el plano bidimensional. La oposición de las modas pictóricas modernas a este milagro, concebido y realizado por los grandes maestros del Arte clásico-barroco cristiano, ha forzado a involucionar al Arte de la pintura a etapas menos evolucionadas donde, en los mejores casos, se pinta la ilusión del volumen sobre el plano y, en el peor, el plano sigue siendo bidimensional, carente de ilusiones tridimensionales. Pero las modas pasan de moda y “es el Arte el que vence al espacio y el tiempo” como acertadamente percibió y anotó Rubén Darío, el gran maestro de la poética del más reciente renacimiento del Arte de la época moderna.
Alberto Ycaza. Imágenes de la Memoria
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