Mira, nada sabemos;
sólo puedo confiar en que el bien descenderá
al final -dentro de mucho- al final, sobre todas las cosas,
y los inviernos se convertirán en primaveras.
Así transcurre mi sueño; pero ¿qué soy yo?
Un niño que llora en la noche,
un niño que reclama luz;
y no con la palabra, sino con el llanto.
¡Oh vida, tan vana como frágil!
¡Oh, para ser calmada y bendecida por tu voz!
¿Qué esperanza hay de respuesta o reparación?
¡Tras el velo, tras el velo!
Lord Alfred Tennyson. In Memoriam A.H.H
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