En este mundo desde Caín y Abel, hay dos razas adversas y enemigas: una está hecha para creer, para respetar , para amar, para adorar, para llevar con humildad el yugo del deber; la otra es incrédula, rencorosa, impía, blasfema y burlona, solo claudica ante la fuerza - por la que siente menos odio que por el deber- y en el fondo está enfadada con la sociedad, es decir, tanto con el hombre como con Dios.
Louis Veuillot. Les odeurs de Paris
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