viernes, 5 de diciembre de 2014
La llama vacilante
Cristo es el Dios que no apaga la llama vacilante (Is 42, 3). Es un Dios lleno de misericordia para los imperfectos. En los evangelios sale al encuentro de ovejas perdidas, mujeres adúlteras, ladrones justamente castigados por sus delitos, verdugos que no saben lo que hacen...
Joseph Malègue. Penumbras
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