Yo captaba que el verdadero amor y el verdadero sentido de la vida estaban allí escondidos, frente al tabernáculo, donde la hostia consagrada se guarda en la iglesia... Después de un tiempo valoraba tanto la misa que empecé a anhelarla durante toda la semana... Uno no llega a entender nunca el misterio de la presencia real, pero se sienten sus efectos de verdad. Hay una presencia en la Iglesia para los que quieren experimentarla.
Janne Haaland Matlary. El amor escondido.
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