"El arte que trasciende, que ayuda a ver y encontrar al otro, que es expresión de la tradición y de la renovación de la fe y de belleza". Benedicto XVI

lunes, 25 de febrero de 2013

Tú mi refugio


18 de mayo de 1942

Las amenazas y el terror crecen día a día. Me cobijo en torno a la oración como un muro oscuro que ofrece reparo, me refugio en la oración como si fuera la celda de un convento; ni salgo, tan recogida, concentrada y fuerte estoy. Este retirarme en la celda cerrada de la oración, se vuelve para mí una realidad siempre más grande, y también un hecho siempre más objetivo. La concentración interna construye altos muros entre los cuales me reencuentro yo misma y mi totalidad, lejos de todas las distracciones. Y podré imaginarme un tiempo en el cual estaré arrodillada por días y días, hasta no sentir los muros alrededor, lo que me impedirá destruirme, perderme y arruinarme.

7 de septiembre de 1943

Christien, abro la Biblia al azar y encuentro lo que sigue: «El Señor es mi espacio más sagrado». Estoy sentada en un abigarrado vagón de mercancías, en mi propia mochila. Papá, mamá y Mischa están unos vagones más allá. El aviso de nuestra deportación ha llegado de manera inesperada; orden súbita emitida desde La Haya. Orden de la que éramos únicos y exclusivos destinatarios. Hemos dejado el campamento cantando. Papá y mamá muy serenos, muy enteros. Otro tanto podria decir de Mischa. Viajaremos tres días. Gracias por todos vuestros desvelos.

Un adiós de nosotros cuatro.

Etty

Etty Hillesum. Cartas

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