Nuestra oración ha de ser práctica, que quiere decir enderezada a la obra, que nos ayude a obrar la virtud que deseamos y allanar las dificultades (...) Claro está que la obra es más dificultosa que el deseo, porque en la obra el objeto está presente, y en el deseo en sola la imaginación. Y así nos acontece muchas veces que en la oración estamos muy fervorosos, que no parece que se nos pone nada delante, y después al tiempo de la obra, cuando se ofrece la ocasión, nos hallamos muy lejos de lo que pensábamos. Y así, no basta que sintáis en vos esos deseos, sino habéis de procurar que los deseos lleguen a ser tales y tan eficaces que se entiendan a la obra, porque ésa es la prueba de la virtud.
Alonso Rodriguez. Ejercicio de perfección
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