No hay hombre capaz, por frío que sea, de aniquilarse a sí mismo en espectacular indiferencia. Nuestras diversas inclinaciones cuentan siempre. El científico no es un puro teorizante, ni siquiera como científico: busca y ama la verdad, le espanta perderla y emprende su investigación aun a riesgo de equivocarse y no contribuir al avance de la ciencia. Si fuese indiferente no descubriría absolutamente nada.
René Le Senne. El Movimiento de Dios
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