Oda al santísimo Sacramento del Altar
Cantaban las mujeres por el muro clavado
cuando te vi, Dios fuerte, vivo en el Sacramento
palpitante y desnudo, como un niño que corre
perseguido por siete novillos capitales.
(...)
Cantaban las mujeres en la arena sin norte,
cuando te vi presente sobre tu Sacramento.
Quinientos serafines de resplandor y tinta
en la culpa neutra gustaban tu racimo.
¡Oh, forma sacratísima, vértice de las flores,
donde todos los ángulos toman sus luces fijas,
donde número y boca construyen un presente
cuerpo de luz humanacon músculos de harina!
¡Oh, forma limitada para expresar concreta
muchedumbre de luces y clamor escuchado!
¡Oh, nieve circundada por témpanos de música!
¡Oh, llama crepitante sobre todas las venas!
Federico García Lorca
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