Via Crucis. XI Estación
Jesus es clavado en la Cruz
La cultura ha inventado innumerables sistemas de ejecución
la refinada fantasía poética de los legisladores
y el deseo de exhibición mundial de un escarmiento atroz
se han juntado al sadismo innato de las multitudes
dando origen al descoyuntamiento de todos los huesos
a la muerte de los desventrados los escaldados los degollados
los quemados vivos los ahogados en barro los enterrados vivos
ninguno de estos sistemas era bastante horrible ni refinado
para ejecutar al que lleva encima todos los delitos de la humanidad
los judíos solían lapidar quemar en la hoguera y decapitar
muertes ellas demasiado hermosas y breves para Jesús
piénsese en la belleza clásica de las hogueras a mediodía
eran los romanos quienes disponían del mejor sistema
una muerte sólo para esclavos y extranjeros viles
la crucifixión representaba para Cristo una síntesis providencial
el cuerpo clavado en cruz se contraía de pies a cabeza
se producía la tetanización general de la cabeza a los pies
las heridas previas y las consiguientes se inflamaban todas a una
los pulmones estallaban en la cabeza y ésta en el corazón
desde el punto de vista psíquico la angustia era intolerable
la abundante pérdida de sangre aseguraba de paso
una sed abrasadora que se sentía con todo el cuerpo
el cuerpo entero se convertía en su propia cruz
el tiempo del dolor era perfecto una muerte lenta
al caso se añadían detalles ornamentales de consideración
los perros acudían a beber la sangre del crucificado
los más ágiles saltaban incluso a morder sus pies
los infaltables niños tiraban piedras al blanco de su cabeza
y los propios buitres se atrevían a alimentarse del muerto vivo
sin duda la crucifixión era la muerte apropiada la única
para el sacerdote que quería sufrir todos los dolores del universo mundo
y morir todas las muertes en una sola.
José Miguel Ibañez Langlois. Libro de la Pasión
NO TIENE SENTIDO.
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