Hemos olvidado más o menos el sentido original del vocablo Evangelio. Éste significa: la buena nueva. La enseñanza de Jesucristo anunciaba que el Mesías había llegado, que la salvación estaba próxima y que los justos eran llamados a reinar con Dios. La predicación de Pablo había de hacer claro para todos que la salvación del Cristo no estaba reservada a los judíos, sino que se aplicaba a toda la humanidad: ricos y pobres, amos y esclavos, sabios e ignorantes.
Lo que más particularmente importa notar es que la salvación anunciada por el Evangelio no era sólo la salvación de las almas, sino la salvación de los hombres, es decir de cada uno de esos seres individuales, con su carne, sus miembros, toda esa estructura de órganos corporales sin la cual cada uno de ellos sólo se sentiría la sombra de sí mismo y ni siquiera sería capaz de concebirse.
Lo que más particularmente importa notar es que la salvación anunciada por el Evangelio no era sólo la salvación de las almas, sino la salvación de los hombres, es decir de cada uno de esos seres individuales, con su carne, sus miembros, toda esa estructura de órganos corporales sin la cual cada uno de ellos sólo se sentiría la sombra de sí mismo y ni siquiera sería capaz de concebirse.
Étienne Gilson. El espíritu de la Filosofía Medieval.
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