Seguro que no podría ser conforme con su gusto, no pudiendo coincidir las verdades divinas con la razón obnubilada de hombres maliciosos. Por tanto, se puede conceder de entrada a los librepensadores que la Sagrada Escritura contiene muchas cosas que en modo alguno les agradan, y que incluso les pueden parecer absurdas. Por el contrario, el carácter divino de la Sagrada Escritura sufriría el mayor golpe si se encontrara en ella una gran armonía con el gusto de los librepensadores.
Para ellos casi todo lo que contiene la Sagrada Escritura es como una espina en los ojos, y cuando encuentran en otros libros noticias completamente infundadas, que son adversas a la Sagrada Escritura, se adhieren a ellas con la mayor credulidad. En particular les resulta completamente increíble que el universo deba haber tenido nunca un comienzo, y aún mucho más, que deba alcanzar alguna vez su final. Temen, en efecto, que entonces tendrían que reconocer una acción directa de Dios sobre este mundo y sobre nuestra situación, lo cual no podría ser puesto en consonancia con sus restantes opiniones.
Para ellos casi todo lo que contiene la Sagrada Escritura es como una espina en los ojos, y cuando encuentran en otros libros noticias completamente infundadas, que son adversas a la Sagrada Escritura, se adhieren a ellas con la mayor credulidad. En particular les resulta completamente increíble que el universo deba haber tenido nunca un comienzo, y aún mucho más, que deba alcanzar alguna vez su final. Temen, en efecto, que entonces tendrían que reconocer una acción directa de Dios sobre este mundo y sobre nuestra situación, lo cual no podría ser puesto en consonancia con sus restantes opiniones.
Leonhard Euler. Defensa de la revelación Divina contra las objeciones de los librepensadores. XXXVIII y XLVII
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