Ya Dios mismo comienza
a correr nuestra suerte.
y a explicar el dolor,
y la vida y la muerte,
y a dar sentido a un mundo.
que sin Él no lo tiene,
que sin Él es absurdo.
y se acaba y se pierde.
Mario Míguez. Creéis que llora en vano
Creación Contracorriente
Ya Dios mismo comienza
a correr nuestra suerte.
y a explicar el dolor,
y la vida y la muerte,
y a dar sentido a un mundo.
que sin Él no lo tiene,
que sin Él es absurdo.
y se acaba y se pierde.
Mario Míguez. Creéis que llora en vano
Nació de aquel mirar nuestra alegría,
-el humano mirar en cuyo vuelo
El silencio de Dios buscaba al hombre-,
Y una estrella brilló, la que aún nos guía,
y la estrella de Belén que está en el cielo
como se forma en nuestra boca un nombre.
Luis Rosales. De cómo al contemplar por vez primera los ojos
de su hijo nació una estrella nueva. (Frag.)
¡ Y cómo se descolgaban
los ángeles desde el Cielo!
¡Y con qué alegre revuelo
por el techo se le entraban
a María! ¡Cómo daban
sus alas sobre el cristal
de las ventanas, igual
que si rompieran espuma!
¡Cómo pusieron de plumas
los ángeles el portal!
Alfonso Canales.
Contigo vengo, Dios, porque estás solo
en soledad de soledades prieta.
Conmigo vengo a Ti, porque estoy solo,
sintiendo por el pecho un mar de pena.
Que tristeza me das, Dios, sin nadie,
que te descanse, Dios, de tu grandeza;
que te descanse de ser Dios, sin nada
que te pueda inquietar o te comprensa.
Que tristeza me doy, perdido en todo,
y todo mudo, tan lejano y cerca,
cada vez más presente ante mis ojos
en un mutismo que no se revela,
con el corazón loco por saberte,
preguntando en la noche que se adensa.
Ramón de Garciasol. Hombre en Soledad (frag.)