Dime ¿no caminas cada hora y cada instante sobre el hilo de
tu vida no tan grueso ni tan firme como una maroma, sino tan Delgado como el de
una araña, y aún más, y anda saltando y bailando sobre él? Ahí comes, ahí
duermes y ay descansas sin cuidado ni sobresalto alguno. Créeme que todos los
mortales somos volatines arriesgados sobre el Delgado hilo de una frágil vida,
con esta diferencia: que unos caen hoy, otros mañanas. Sobre él fabrican los
hombres grandes casas y grandes quimeras, levantan torres de viento y fundan
todas sus esperanzas. Admiraban ser de ver al otro temerario andar sobre una
gruesa y asegurada maroma y no se espantan de sí mismos, que restrinjan sobre
una, no cuerda sino muy loca confianza de una hebra de seda, menos, sobre un
cabello aún es mucho, sobre un hilo de araña aún es algo, sobre el de la vida
que aún es menos. De esto sí que deberían andar atónitos así que se le habían
de erizar los cabellos y más reconociendo el abismo de infelicidad donde los despeña el grave peso de sus muchos
yerros.
Baltasar Gracián . El Criticón
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