"Dios mío, no estés alejado de mi ¡Corre en mi auxilio, Señor mío, mi salvación! "
Era un eco lejano de la voz de David que nos llegaba desde las sombras de la historia y del tiempo; lo que un poeta inspirado e infeliz escribió hacía tres mil años aún nos llega hasta lo más hondo del corazón como un cuchillo y un bálsamo.
Danilo Kis. Laúd y cicatrices
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