viernes, 9 de septiembre de 2016
La profundidad
La fe cristiana brota de la escucha de la «palabra» de Dios. Pero esta escucha presupone un trasfondo de silencio en el que la palabra siempre ha estado envuelta. La escucha de la palabra de Dios no puede acontecer al margen de nuestra tácita percepción de un ámbito oculto de misterio desde el que es pronunciada la palabra. Ni tampoco podría suscitar la palabra de Dios veneración y sobrecogimiento en nosotros de no mediar, al menos, una vaga percepción de la inagotable profundidad que permanece sin ser dicha. Sin una cierta conciencia de misterio, la fe se queda muerta.
Jhon F. Haught. Cristianismo y ciencia
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario