Esta siempre dentro de nosotros y nos observa. Casi siempre en silencio, y sin movimiento. Pero llega un instante en que alza la mano y nos toca. Casi no nos damos cuenta, pero basta para que digamos otra palabra que la queríamos decir. Para que sigamos otro camino que el que queríamos seguir. Ésas son las grandes decisiones de nuestra vida, que según nuestra opinión dependen tan claramente de lo que se llama el libre albedrío.
Ernst Wiechert. Misa sin nombre
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