Lo que de común hay en las formas más diversas de la piedad, y lo que las distingue de todos los demás sentimientos, dicho de otra forma, la esencia constante de la piedad, reside en que somos conscientes de nosotros mismos en cuanto totalmente dependientes, o, lo que es lo mismo, en que somos conscientes de nosotros mismos en relación con Dios.
Schleiermacher. Dogmática cristiana
No hay comentarios:
Publicar un comentario