"El arte que trasciende, que ayuda a ver y encontrar al otro, que es expresión de la tradición y de la renovación de la fe y de belleza". Benedicto XVI

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Prisioneros del absurdo


Si Dios no existe, si el mundo no tiene di­rección ni finalidad, si salido de la nada no se dirige a ninguna parte, el hombre atrapado en la mecánica melancólica de un oficio, ele­mento de un organismo -ya sea al servicio de intereses particulares en un régimen capi­talista, o al servicio de un partido, del Estado, de la colectividad- el hombre de hoy per­manece extraño a lo que constituye la trama monótona y siniestra de sus jornadas. Lo que en él razona, reflexiona, su corazón que se enamora y que sufre, esa parte de él que es esencialmente su propio yo no es afectada de ninguna manera por las tuercas que ajusta, por los boletos que perfora, por las columnas de cifras que suma en los registros. Si Cristo no ha resucitado y si es vana nuestra esperanza, el hombre se convierte en un presidiario.


Francois Mauriac. Palabras Católicas

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