"El arte que trasciende, que ayuda a ver y encontrar al otro, que es expresión de la tradición y de la renovación de la fe y de belleza". Benedicto XVI

martes, 14 de septiembre de 2010

La gran revolución


Pese a algunas punzantes sentencias de Esquilo o de Sófocles, el helenismo fracasó por no haber sabido conceder un puesto -el primero- al dolor humano. Tras haberse deleitado con sus dioses olímpicos en un hermoso sueño, el mundo tuvo que reconocer que el sufrimiento es la ley de la vida y la angustia metafísica la dignidad del ser cogitativo. El Zeus de Fidias cedió su puesto al Varón de Dolores de Matías Griinewald, cambio que supone, sin duda, la más grande revolución de todos los tiempos. De la revolución cristiana nació el hombre moderno, separado de las humanidades anteriores por un abismo: el foso que fue menester cavar para alzar una cruz en la roca del Gólgota.


René Grousset. Bilan de l´histoire

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