¿Quién escucha aún la voz de su ángel?
¿Quién piensa aún en el beato acompañante
que puede conducir a lo alto del Cielo?
¿Quién eleva aún su mirada a las colinas eternas?
Bajo el hechizo del poder de las tinieblas permanecen
los pueblos.
Por su esclavitud reina el Anticristo,
ríos de sangre y lágrimas por todas partes, un oceano de sufrimiento y pecado cubre el mundo
Pero yo traigo hoy alegres noticias,
con las que se alegrará todo el Cielo.
Edith Stein. Ante el trono de Dios.
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