Siempre hay que estar dispuesto para cambiar de campo con la justicia, esa fugitiva del campo de los vencedores.
Todos los bienes de este mundo, pasados, presentes o futuros, reales o imaginarios, son finitos y limitados, radicalmente incapaces de satisfacer el deseo de bien infinito y perfecto que arde perpetuamente en nosotros. Esto es algo que todo el mundo sabe y que uno se confianza, a si mismo, por un instante varias veces en la vida; pero el ser humano se miente para no enterarse , pues siente que si fuese consciente de ello no podría seguir viviendo y tal sentimiento es acertado, pues ese conocimiento mata, pero la muerte que aflige conduce a una resurrección.
Simone Weil. Pensamientos desordenados
Simone Weil. Pensamientos desordenados
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