"El arte que trasciende, que ayuda a ver y encontrar al otro, que es expresión de la tradición y de la renovación de la fe y de belleza". Benedicto XVI

martes, 31 de marzo de 2009

Diálogos truncados


- ¿Cómo se atreve usted a decir Dios una y otra vez? ¿Hay acaso alguna palabra humana tan mal utilizada, tan manchada y profanada como esta? Toda la sangre inocente que se ha derramado por ella le ha hurtado su esplendor. Toda la injusticia que se ha cubierto con ella le ha cubierto su perfil. Cuando oigo decir Dios al Altísimo, a veces me parece como si se blasfemara.


- Sí, dije, esta palabra es, de entre todas las palabras humanas, la que soporta una carga más pesada. Ninguna ha sido tan manoseada, ni tan quebrantada. Por eso mismo no puedo renunciar a ella. Las distintas generaciones humanas han depositado sobre ella todo el peso de sus vidas angustiadas hasta aplastarla contra el suelo; allí está llena de polvo y cargada con todo este peso. Las distintas generaciones humanas han destrozado esta palabra con sus divisiones religiosas; por ella han matado y han muerto; en ella están todas y cada una de las huellas de sus dedos, todas y cada una de las huellas de su sangre. ¿Dónde podría encontrar yo una palabra mejor para describir lo más alto? Aunque tomara el concepto más puro y resplandeciente de la cámara más recóndita en la que los filósofos guardan su tesoro más preciado, lo único que él podría hallar es una imagen intelectual que no nos vincula, mas no la presencia de Aquel en el que pienso, de Aquel a quien el linaje humano ha venerado y envilecido con su monstruoso vivir y morir. Me refiero a Aquel a quien invocan las diversas generaciones humanas, angustiadas por el infierno o en camino hacia las puertas del cielo.


Martin Buber. "Eclipse de Dios"

No hay comentarios:

Publicar un comentario