La palabra Dios en cualquier lengua tiende a ser monosilábica: su tiempo, su duración, corresponde a un latido, del corazón que la pronuncia.
Eugenio Montejo. El cuaderno de Blas Coll
Creación Contracorriente
La palabra Dios en cualquier lengua tiende a ser monosilábica: su tiempo, su duración, corresponde a un latido, del corazón que la pronuncia.
Eugenio Montejo. El cuaderno de Blas Coll
SPE SALVI.
Se acerca, se acerca, ya se escucha, ya se siente,
Un aroma a espigas le precede,
de repente cantan todas las fuentes de las rocas,
estalla la luz en cada gota de agua,
caen las sombras del mundo a su paso,
con un temblor oscuro cada puerta se abre
y aparecemos en el umbral.
Solo su alegría vence esta muerte cotidiana,
de hojas arrancadas al calendario,
de ilusiones descoloridas,
de sueños agrietados
Llega hasta el alma descalza, como una fugitiva,
inesperada
Ha cruzado todos los vendavales
Con una llamita entre las manos,
Que se agita en cada niño que nace.
Es la esperanza quien se acerca…
cada uno de sus pasos son nuestros latidos.
Es la alegría que ha pisado la tierra,
el soplo que aviva rescoldos en nuestra ceniza.
Se siente llegar, se siente…
¡Hosanna!
E.C