"El arte que trasciende, que ayuda a ver y encontrar al otro, que es expresión de la tradición y de la renovación de la fe y de belleza". Benedicto XVI

martes, 8 de marzo de 2022

Creer que no se cree

 


Creo en la duda agónica de Dios,

es decir, creo que no creo,

aunque de noche, solo,

interrogo a las piedras,

pero no soy ateo de nada

salvo de la muerte.

Eugenio Montejo


domingo, 6 de marzo de 2022

Todos los pueblos del mundo



Creemos en tus fuerzas
Creadoras, soberano.
¡Se alce la verdad y triunfe
La libertad que anhelamos
Y a ti, solamente a ti,
Te rezarán con agrado
Todos los pueblos del mundo
Por los siglos!

Tarás Shevchenko

viernes, 4 de marzo de 2022

La generosidad de Dios

 



Pensábamos: qué pobres somos, no tenemos nada;

pero al ir perdiendo una cosa tras otra

-de modo que cada día se transformaba

en memento, Día de los difuntos-,

comenzamos a componer canciones

sobre la gran generosidad de Dios

y sobre nuestra antigua riqueza.


Anna Ajmátova

miércoles, 2 de marzo de 2022

Lo llano

El Olimpo, el Parnaso, el Monte Kailash, el Sinaí, el Pico de Adán, el Uluru… Hace falta valor y saber mirar para percibir la grandeza de Dios en una llanura.


Ana Iris Simón. Feria

lunes, 28 de febrero de 2022

La madre del condenado

 

Jesús, hijo mío, reprimí mi pena mientras fue necesario. Ahora, lloro por ti, lejos de las miradas… Ya no soy la madre del Dios que han crucificado, soy la madre del condenado a muerte.


Michel de Ghelderode. Las mujeres ante la tumba.

viernes, 25 de febrero de 2022

La Bienvenida al Pórtico de la Gloria

 



Una entrada debería ser una puerta construida como un beso, así que el maestro Mateo lo entendió. Su pórtico está repleto de criaturas en la gloria, sonando las arpas de Dios. Sonrisas y belleza resbalan de ellos como música. Los animales y los profetas, los ángeles y las personas anónimas de Dios se funden en un júbilo compartido.

Anne Carson. Tipos de agua

miércoles, 23 de febrero de 2022

Cadenas de papel


Este gigante de papel se levanta terrible amenazando a la Iglesia. Su cabeza es un inmenso tintero, sus cabellos son las plumas, sus manos y sus pies los rollos de papel, su cuerpo una masa informe de legajos, sus nervios el engrudo y sus ojos están llenos de arena, por lo cual no puede descubrir lo porvenir. Este coloso se nutre de cuentos y chismes, no respira otro aire que el favor de los príncipes, gobierna por medio de decretos y sólo a una cosa teme: al espíritu vigilante de Sion, al león vigilante de Judá. Y nada más natural que este coloso se felicite de ver a Sion dormido y favorezca su sueño: es más fácil sujetar al que duerme que al que vigila. ¿Qué de extraño tiene que se felicite de tener aprisionado al león de Judá? De esta manera puede más fácilmente tenerle atado a sus cadenas de papel y envolverlo entre los hilos de sus rúbricas.

Sebastian Brunner. Judíos y católicos en Austria-Hungría