"El arte que trasciende, que ayuda a ver y encontrar al otro, que es expresión de la tradición y de la renovación de la fe y de belleza". Benedicto XVI

viernes, 20 de marzo de 2020

En el desierto



Del momento cuando el Eterno Juez

Me dio la omnisapiencia del profeta,

En los ojos de la gente leo yo

Páginas de maldad y vicio.

Comencé a proclamar del amor

Y la verdad las puras enseñanzas

A mí, todos mis prójimos, tiraban

Rabiosamente las piedras.

Cubrí de cenizas mi cabeza,

De las ciudades huí como un indigente,

Y aquí vivo en el desierto

Como las aves, con alimentos dados por Dios.

Guardando el mandamiento del Eterno,

Me obedece aquí toda criatura terrestre,

Y las estrellas me escuchan

Jugando, alegres con sus rayos.

En cambio, cuando apresurado

Cruzo una ruidosa ciudad,

Los ancianos dicen a los niños

Con una sonrisa de amor propio:

"¡Miren, he aquí un ejemplo para vosotros:

El era orgulloso, no supo convivir con nosotros,

Insensato, quiso hacernos creer

Que Dios habla por su boca!

¡Miren, niños, cuan sombrío es,

Y extenuado y pálido,

Miren, cuan pobre es y desnudo

Y como todos lo desprecian!

Mijaíl  Lermontov. El Profeta

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