"El arte que trasciende, que ayuda a ver y encontrar al otro, que es expresión de la tradición y de la renovación de la fe y de belleza". Benedicto XVI

miércoles, 31 de enero de 2018

Punto de partida y objetivo


Para la persona religiosa, Dios viene directa e inmediatamente. Él y Su Voluntad omnipotente son el manantial de toda la vida y de todos los acontecimientos, tanto en el mundo material como en el mundo espiritual. Aunque Él no pueda ser entendido por la razón humana, los símbolos religiosos le dan una visión directa de Él, y Él planta su mensaje sagrado en las almas de aquellos que fielmente se encomiendan a Él. En contraste a esto, el investigador de las ciencias no reconoce inmediatamente nada, salvo el contenido de sus experiencias sensoriales y de las mediciones basadas en éstas. Comienza a partir de este punto, en un camino de investigación inductiva, para aproximarse lo mejor que pueda al fin supremo y eternamente inalcanzable de su búsqueda: Dios y Su orden universal. Por tanto, tanto la religión como las ciencias requieren una creencia en Dios para realizar sus actividades; en la primera, Él es el punto de partida; en la segunda, Él es el objetivo de todo proceso de pensamiento. En la primera, Él representa la fundación, en la segunda – la corona de cualquier razonamiento sobre la visión del mundo.

Max Planck. Religion und Naturwissenschaft

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