Cristo,Jesús, guardar los mandamientos
de tu iglesia sacrosanta
en cada uno de mis actos, en cada palabra,
en cada pensamiento, es mi esfuerzo
cotidiano. Y de cuantos te niegan
me aparto. -más ahora lloro;
lloro sin consuelo, Cristo, por mi padre,
aunque él fuera -terrible es decirlo-
sacerdote en el templo maldito de Serapis.
Constantino Cavafis. Sacerdote de Serapis
No hay comentarios:
Publicar un comentario