La fe no tranquliza; da sed de algo más; aspira a una claridad que no posee. Pero sería un error imaginarse que aspira solamente a hacerse más clara y más distinta, y que en algún otro mundo las verdades de fe se convertirán en verdades de razón. Lo que quiere no es reintegrar en ella la claridad del conocimiento abstracto, sino conseguir la perfección de la unión, de la cual ella es un comienzo. Por más oscura que sea, la fe está más penetrada de luz que la razón pura.
Jean Lacroix. Histoire et mystère
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