La sacra representación de Job es demasiado poderosa para admitir lectores indiferentes: quien no entre en la acción con sus preguntas y respuestas internas, quien no tome partido apasionadamente, no comprenderá un drama que, por su culpa, queda incompleto. Pero si entra y toma partido, se hallará bajo la mirada de Dios, sometido a prueba por la representación del drama eterno y universal del hombre Job
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario