"El arte que trasciende, que ayuda a ver y encontrar al otro, que es expresión de la tradición y de la renovación de la fe y de belleza". Benedicto XVI

domingo, 30 de octubre de 2016

Un Dios sensitivo


La liturgia compromete a la persona entera: cuerpo, alma y espíritu. Recuerdo la primera vez que asistí a un acto litúrgico católico, una celebración de las Vísperas en un seminario bizantino. Mi pasado y formación calvinistas no me habían preparado para la experiencia: el incienso y los iconos, las postraciones e inclinaciones, el canto y las campanas. Todos mis sentidos estaban elevados. Después, un seminarista me preguntó: «¿qué te parece?» Todo lo que pude decir fue: «Ahora sé por qué Dios me dio un cuerpo: para dar culto al Señor con su pueblo en la liturgia». Los católicos no sólo oyen el Evangelio. En la liturgia, lo escuchamos, lo vemos, lo olemos y lo gustamos. 

Scott Hahn. La cena del Cordero

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