La escuela de hoy condena las leyes de Núremberg con gran acompañamiento de gritos y de indignaciónes líricas, pero conserva sus principios de las mismas premisas darwnianas saca concluciones no menos delicadas: Un feto humano no es verdaderamente un hombre. Un discapacitado mental o un enfermo físico incurable ya no pueden llevar una vida verdaderamente humana. Se les puede excluir o destruir sin perjuicio. Su conservación sería dañosa para nuestras finanzas y cavaría la fosa de la Seguridad Social.
Fabrice Hadjadj. Tenga usted éxito en su muerte
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