Verdaderamente, Señor, es una luz inaccesible aquella en la
que habitas, pues ningún otro puede penetrar en ella para verte completo. Yo no
la veo, porque es excesiva para mi; y sin embargo, lo que veo , por ella lo veo;
como el débil ojo lo que ve por la luz del sol, aunque al mismo sol no pueda
mirar.
San Anselmo. Proslogion
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