jueves, 3 de julio de 2025
Buscarte en lo humillado
Vi luces brillar, luces divinas sobre cimas eternas.
Dichosas iban en misterioso resplandor inquieto,
alumbradas por Dios como por el sol a las cadentes perlas,
alumbradas por la quietud en un mundo sin tiempo.
¡Ay de mí, soy de pie torpe para vías de altura arrebatada!
¡Ay de mí, moldeada en barro, con mente de acero y piedra!
Nunca hallaré mi sitio entre quienes sueñan y felices callan,
ni el halo Santo de la contemplación laureará mi cabeza.
Te he de buscar, mi Dios, en lo humillado, lo gris y lo sencillo
te he de buscar en el mundo, en afanes y tareas diarias.
La áurea paz del cielo que mi corazón tanto ha perseguido,
¿Es mejor que tu sufrir, que tu lucha ardiente y santa?
Karin Boye. Encrucijada (fragmento)
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