Debemos intentar, estar animados por ese movimiento de amor a Dios cuando oímos cantar melodías musicales: porque los que aman a Dios están poseídos de una santa alegría, de una emoción divina y de una ternura que le hace derramar lágrimas cuando oyen una excelente armonía, sean melodías profanas o cánticos espirituales.
Juan Clímaco. La Escala 15º grado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario