Como un cadáver, yo yacía en el desierto,
y la voz de Dios me llamó:
—levántate, profeta, mira, escucha,
que mi voluntad te inunde,
y recorriendo los mares y las tierras,
incendia con la Palabra los corazones de los hombres —.
Aleksandr Pushkin. El Profeta (fragmento)
No hay comentarios:
Publicar un comentario