Ahora, en el trigésimo primer año de mi oscuro peregrinaje por esta tierra y sabiendo menos de lo que sabía antes, habiendo aprendido sólo a reconocer la merde cuando la veo, no habiendo heredado de mi padre más que un buen olfato para la merde, para cada especie de mierda que vuela - mi único talento - oler la merde de todas partes, viviendo de hecho en el mismo siglo de la merde, el gran cagadero del humanismo científico donde las necesidades son satisfechas, todo el mundo se convierte en un cualquiera, una persona cálida y creativa, y prospera como un escarabajo pelotero, y el cien por cien de la gente es humanista y el noventa y ocho por ciento cree en Dios, y los hombres están muertos, muertos, muertos; y el malestar se ha instalado como un desprendimiento y lo que la gente realmente teme no es que caiga la bomba sino que no caiga la bomba - en este mi trigésimo cumpleaños, no sé nada y no hay nada que hacer sino ser presa del deseo.
Walker Percy. The Moviegoer
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